Janis, la eterna y siempre maravillosa Diva del Rock
MÁGICA CONJUNCIÓN DE VOZ Y PRESENCIA ESCÉNICA
Es un día cualquiera, hora del programa musical que acompaña mis tardes de infancia, tiempo de abandonarse a la música que el tiránico conductor decida poner. Empieza el ritual, las presentaciones de rigor, no podía ser de otra forma; no hay recuerdos concisos de esto. Lo que queda de esa tarde especial son recuerdos de sensaciones intensas de esas que traen los descubrimientos llenos de revelaciones y goce. Recuerdo si, ese momento en el que la música empieza a sonar, primeros acordes seductores que luego dan paso a la voz, mi cuerpo y mi mente reaccionan ante aquella mágica conjunción, ante ese estímulo lleno de hechizo, los arreglos musicales, …¡Esa voz!, me seducen, me perseguirán como un recuerdo nebuloso que se diluye y sublima con el paso del tiempo; …siempre envuelto en magia. No hay nombres ni títulos en mi memoria; no contar con Shazam en esos tiempos pudo devenir en tragedia personal.
Janis Joplin, cantando Summertime en Gröna Lund, Stockholm, Suecia,1969
Y así como como todo; que con el paso del tiempo se desfigura, mi frágil memoria recordaría aquella canción, interpretada por una mujer negra, ¿efectos de haberlo visto en blanco y negro? En todo caso, esa voz potente, esa interpretación intensa, ese feeling, …ese swing; no podía no asociarlo a alguna diva negra del blues o del jazz. La buscaba.
DIVA INTEMPORAL
El reencuentro es inevitable, pese al polvo acumulado y al paso implacable del tiempo, un día cualquiera así, sin previo aviso, como aquella vez primera, …reaparece. El impacto no puede ser diferente, y no lo es. Accidentalmente una obra de teatro me la pone en frente, de pronto ese recuerdo intenso deja la nebulosa y ahuyenta el polvo del tiempo. Ya no es el recuerdo de las sensaciones, es la melodía que ahora suena, …que estremece; es ella finalmente; mis recuerdos no habían sido una mera sublimación, la intensidad es exactamente igual, …mejor.

Su energía y magia se exponenciaba en el escenario
El único detalle diferente, luego de leer los créditos en el catálogo, es que la intérprete no era una mujer negra, no; aquella a quien había escuchado y visto en una tele en B/N, en mis años imberbes, y que tanto me había impresionado, era una mujer blanca, …rubia además, y no era otra que la eterna, maravillosa, mágica, JANIS JOPLIN.

La innegable reina del Rock.
Epicureana, 2008